Zacatecas Zac.- Con preguntas acerca de su larga y exitosa trayectoria artística, de su vida y de sus filmes, se celebró Retrospectivo homenaje, al actor de origen jerezano José Carlos Ruiz. Además de múltiples y valiosas anécdotas que tuvieron lugar en enriquecedoras cine- charlas sostenidas posterior a la proyección de sus películas: ALMACENADOS, EN EL ÚLTIMO TRAGO y DOS CRÍMENES, donde el artista de teatro, televisión y cine recibió numerosas y cálidas felicitaciones de parte de los espectadores que se congregaron en torno a la pantalla de Cineteca Zacatecas.
El Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE), La Secretaria de Cultura, el Instituto Zacatecano de Cultura (IZC) “Ramón López Velarde” y Cineteca Zacatecas, con el objetivo de consolidar, difundir y crear nuevos públicos para las películas mexicanas, invitaron a la sociedad zacatecana a disfrutar de la “Semana de Cine Mexicano en tu Ciudad”, en funciones gratuitas en torno a la cinematografía mexicana.
El actor nacido en Jerez Zacatecas y radicado en el antes DF, hoy Ciudad de México, a sus 82 años en opinión del público presente escuchó: “con muy buena voz, varonil, lucido, excelente humor, ojos pizpiretos y una notable sencillez, que solo da la experiencia de una larga vida dedicada al trabajo por el gusto de hacerlo; el artista logró una magnifica conexión con los espectadores y estableció un dialogo en los tres días de encuentro fílmico .
En una sala llena de amable y atento auditorio, José Carlos Ruiz el ser humano dijo: “Con esta cara de tal por cual que tengo, no soy guapo, de ahí que los productores me encomiendan el tipo de personajes que encaro en mis películas”.
Ahí el artista se describió, como amante del cine con una trayectoria de 60 años, destacando la importancia del cine puesto que considera que “Un pueblo sin cine es como un pueblo sin alma”.
Habló, de cómo los guiones de las películas a rodarse le tienen que gustar, no vivo en palacio, no viajo en jet, pero cuando me comprometo hacer algo es porque me gusta mucho y claro me he equivocado y digo por qué hice esta porquería o porque hice esto, aquello, sin embargo la entrega es total.
Manifestó: “Yo no fui a la escuela fui al cine y sigo viniendo al cine a mi edad todavía veo un par de películas diarias me gusta más que la vida, yo de niño me fui a meter al cine para olvidar mi soledad, mi orfandad y pobreza, no fui un niño triste ni lloroso porque yo tenía el cine; yo veía una película de Jorge Negrete y salía a caballo cantando, veía a Humphrey Bogart e imaginaba que traía un cigarrillo en los labios, el sombrero y la mano empuñando una pistola, mi vida ha sido un poco como una película y entonces ahorita que estaba ahí sentado viendo la pantalla no puedo evitar sustraerme a la magia del cine conozco muy bien la historia, la he escuchado 80 mil veces pero el estar aquí viendo al hombre mutilado el paliacate que me puse, ya no estaba viéndome yo estaba viendo un personaje representado.
A las preguntas formuladas sobre sus personajes, explicó: “Me adentro a encontrar el personaje, su sicología, el todo del personaje de la obra, fantaseo mucho tratando de encontrarlo en mi estudio acompañado de música, trato de visualizarlo con imaginación y de pronto cuando creo que lo tengo además de los ensayos, la dirección, me voy a la calle le llamo <de cacería> a tatar de encontrar a una persona que pudiera parecerse al personaje que voy hacer, ya tengo la evocación entonces necesito beber de la fuente de la vida, de algo real de una persona que se parezca y cuando lo sitúo lo centro, lo hago con emoción, es una forma de trabajar con gusto como debe ser uno con el trabajo, sin dejar de ser yo.
Cuando uno hace un personaje fuerte como en el Apando o Juárez se quedan residuos del personaje en mí y de pronto yo sentía que andaba como el Lic. Benito Juárez, algo se queda de cada personaje pero claro que hay que despojarse, desnudarse y ponerse uno su ropa”.
En la película “En el último trago”, yo me sentía fuera de lugar porque trabajar con actores como Luis Bayado, Eduardo Manzano, Pedro Webber “Chatanuga”, Rodrigo Murray, Eduardo MacGregor que son elementos totalmente disímbolos, con muy diferentes tipos de papeles a los míos, el compartir con ellos la actuación me sentí contento por haber podido hacer un papel simpático, agradable fluido, algo diferente a lo que ha sido en su mayoría sus papeles.
Del mensaje, de la misma película a pregunta expresa del auditorio comentó: “ el mensaje de la película en drama ligero, con visos de comedia, siempre es un tema terrible… la soledad, la vejez, cuando se llega a viejo por lo general los jóvenes, la familia lo van haciendo a un rincón como un mueble viejo que no sirve para nada, y yo digo que si fuéramos justos pensaríamos: el viejo fue joven también, se casó y tuvo hijos y luchó para que estos hijos fueran hombres de provecho y a su vez tuvieran hijos es injusto que el hijo abandone y desprecie a su padre, es falta de comunicación.
Agregó, Encuentros y desencuentros que tiene la soledad, alegrías y penas y ceo que esta película que trata el tema de la vejez me dio la oportunidad de salirme un poco de la línea de trabajo que he tenido casi siempre no por mí sino que los productores me hablan para eso porque me ven cara de “canijo”. Me encontré una frase que dice “La Juventud es una enfermedad que se cura con la vejez”, para los que tenemos la oportunidad de llegar a la mayoría de edad, más o menos bien física y mentalmente no es tan pesado. Llegar a viejo es agradable, bonito, ves las cosas con serenidad, sapiencia, experiencia ya no es uno arrebatado, ni tan ligero en tomar soluciones y expresó “Llegar a viejo es un triunfo”.
Platicó, Fui a Jerez en la mañana la pase muy bien, con los amigos, paseamos por el Jardín, el Salón Corona donde disfrutamos de una cerveza, la nieve de Las Torres, caminamos toda la mañana para arriba y para abajo recordando Jerez, fue muy halagüeño, muy sabroso, retoma uno recuerdos que a lo mejor estaban dormidos y descubrí también que yo soy como piedra a mí me gustan mucho las piedras y Zacatecas es piedra entonces me gusta mucho.
Le platicó al público de Cineteca que comió gorditas, y que en fin su paseo fue verdaderamente bello, romántico me llené de piedra, de gente y luego estar aquí y deleitarse con la película y más que les haya gustado, feliz de estar aquí, reiteró.
Descubrió que también le gusta mucho la gente, las personas… la que viene y me saluda, es hermoso toparse con la gente que lo saluda a uno sin conocerlo, sin ser amigos ¿cómo está? ¿Qué milagro? ¿Cómo le va? ¿Por qué no había venido? como si fuera yo pariente de todos y eso me causa mucha alegría.
Refirió, una anécdota en relación a la pregunta de que si se puede perfeccionar la actuación exponiendo, de cuando le tocó interpretar el papel del artista plástico zacatecano Francisco Goitia: me tocó en suerte hacer el papel de Goitia que nació aquí en el rancho de Patillos, en la Hacienda de Bañón, Fresnillo, filme en el que me tuve que dejar crecer el pelo y la barba. En ese tiempo Goitia vivía en Xochimilco en una casa muy precaria de cartones, láminas y palos, en la cual tenía doce perros como los doce apóstoles y ello era una metáfora religiosa como los 12 apóstoles y él en medio. Entonces Goitia se encontraba pintando y a través de la ventana observó que venía llegando José Clemente Orozco y rápidamente tapó el cuadro en el que estaba trabajando al tiempo que entró Clemente Orozco y le dijo Pancho no seas egoísta déjame ver lo que estás haciendo, a lo que Goitia contestó, no no y no- -hombre Pancho porque no lo puedo ver le reclamaba Orozco- -Goitia le respondía – es un cuadro que le falta dos años de pintura y Orozco exclamó “No es cierto, yo creo que le sobran 5 años de pintura”… con esto quiero decir que el arte siempre es perfectible si Ustedes, escriben un libro y no lo publican diario lo pueden estar modificando, si pinta un cuadro es perfectible todos los días no se sabe porque el creador desconoce cuándo es el fin porque este es infinito e interminable.
Por citar ejemplificando yo veo esta película no especulo aquí debería haber levantado el dedo caigo en la trampa soy feliz porque me envuelve la magia del cine, porque me gusta tanto que me entrampa cuando estoy frente a la pantalla se me olvida la vida, se me olvida todo soy muy feliz sobre todo vendo las películas de hace 40, 50 años, reiteró soy muy feliz viendo cine y se me olvida en esta sala que estando en Zacatecas todo es maravilloso.
El público sincero lo felicitó ampliamente al igual que Gustavo Salinas Iñiguez, Director del Instituto Zacatecano de Cultura “Ramón López Velarde”, y Gaby Marcial Diectora de Cineteca, quienes de manera cordial le invitaron a regresar más seguido a esta su casa Cineteca Zacatecas, su ciudad, su estado.
En Ciudadela del Arte, Ruiz visitó la Sala Despacho Antonio Aguilar, mostrándose sorprendido por la gran trayectoria que exhibe este sitio del charro-cantor. Asimismo, fue objeto del obsequio de 2 cuadros, uno autoría del promotor de la cultura Víctor Colunga, en ocasión de convivir en amena conversación con el subdirector de este lugar Manuel Meza Montalvo quien también le regalo un significativo cuadro.