LAS CAMPANAS DE MI CATEDRAL
Don Miguel, El campanero de la Catedral, emblemática por excelencia, sube a diario más de 100 escaloncitos para hacer sonar las campanas de la torre norte alertando a propios y no propios que son las doce del mediodía, la homilía está a punto de comenzar… Son las campas de mi Catedral.
Para los que se fueron, para los que se van, para los que se quedan y para los que llegan.
LA BIZARRA CAPITAL DE MI ESTADO
Extracto del poeta jerezano Ramón López Velarde.
Altas
y bajas del terreno, que son siempre
una broma pesada.
Y una Catedral, y una campana
mayor que cuando suena, simultánea
con el primer clarín del primer gallo,
en las avemarías, me da lástima
que no la escuche el Papa.
Porque la cristiandad entonces clama
cual si fuese su queja mas urgida
la vibración metálica,
y al concurrir ese clamor concéntrico
del bronce, en el ánima del ánima,
se siente que las aguas
del bautismo nos corren por los huesos
y otra vez nos penetran y nos lavan.
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