EL CAMBIO POLÍTICO ELECTORAL EN MÉXICO HA TRANSITADO POR 3 MOMENTOS IMPORTANTES
Con motivo del aniversario número quince del Instituto Electoral del Estado de Zacatecas, en donde se desarrolló el programa académico Foro Internacional Democracia y Participación Ciudadana, se presentó la conferencia magistral “Protección del voto en el sistema electoral mexicano” donde participó el consejero electoral del Instituto Federal Electoral, Lorenzo Córdova Vianello; el académico y analista político José Antonio Crespo; así como Gabriel Yuri Beltrán Miranda, coordinador de asesores de la Magistrada María del Carmen Alanís Figueroa, del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
El Consejero Electoral Lorenzo Córdova Vianello inauguró la ronda de participaciones al abordar el tema desde el amplio margen de acción que han asumido las autoridades electorales, las cuales se encuentran en nuevas condiciones de competencia y vigilancia en cada proceso electoral, ya que las modificaciones que adquieren después de cada elección les permite abrir el abanico de posibilidades para perfeccionar un sistema electoral en construcción; al mismo tiempo señaló que las autoridades electorales no pueden cargar con el peso de la inequidad de condiciones sociales, políticas y económicas que rodean los procesos electorales.
Mencionó que la serie de reformas electorales que han surgido desde la creación de las autoridades electorales, independientes del poder Ejecutivo Federal, han marcado la pauta para reconstruir la historia del cambio político del país. Es por ello que la
transición mexicana fue gradual y paulatina, centrada en el cambio electoral, y el mismo cambio electoral fue resolviendo las necesidades y preocupaciones que se fueron manifestando a lo largo de 25 años.
Señaló que el cambio político electoral en México pasó por tres momentos importantes. El primero, de una ruta de un sistema hegemónico autoritario, a un pluralismo político y de partidos que pudiera sostener un sistema de representación” fue una de las tareas imperantes de la sociedad mexicana, una vez que las instituciones dieron paso a la apertura y el reflejo de la pluralidad.
Un segundo momento lo encontramos cuando el pluralismo cambio el mapa político del país y la composición de las legislaturas. A partir de ahí la atención se centró en crear procedimientos, reglas e instituciones que generaran confianza en la contienda político electoral. La demanda ciudadana se centró en que los votos fueran efectivamente contados, y que la ciudadanía en verdad participara en ese conteo.
El último momento, o tercera etapa de la transición, se refiere a la equidad en las condiciones de competencia: financiamiento y control de los medios electrónicos y de comunicación. En un margen paralelo, explicó que las inconformidades electorales, deben de generar canales y reglas para encausarlas y no generen una crisis institucional. Es por ello que los modelos de impugnación nacen como respuesta a una variable de inconformidad que se vivió en cada etapa de transición política.
A grandes rasgos, el académico y analista político, José Antonio Crespo Mendoza, desarrolló la problemática de la validez del sufragio de quien vota en una casilla que se anula. Mencionó que en ese momento, ese ciudadano pierde el derecho que tenemos todas las personas que depositamos nuestro voto en esas urnas, y es un paso que no se ha dado en la vigilancia de los derechos políticos de las personas.
Uno de los retos actuales en el sistema electoral es que no se puede extraer un proceso electoral de una sociedad sumida en una buena cantidad de conflictos sociales. Las causales de nulidad deben de garantizar el voto de aquellas personas que depositaron sus votos en las urnas que fueron impugnadas y se abrieron para revisión y conteo.
Definió la reflexión de su participación con la pregunta acerca de los sistemas de impugnación, que han generado controversia desde su creación: ¿cómo comprobar que la compra de votos se tradujo en la definición de la relación?
Expuso, de igual forma que, independientemente de los niveles de pobreza y distribución del ingreso, las prácticas que generan la compra de voto subsisten como una cuestión cultural y entre partidos, más que un elemento como resultado de los bajos niveles de ingresos en una parte de la sociedad.
En la última ronda de participaciones, Yuri Beltrán, remontó sobre el tema desde los sistemas de protección del voto, que en el caso mexicano es uno “complejo y robusto con un grado de sofisticación, que nace de la urgencia de garantizar el derecho al voto en la transición política mexicana. En ese proceso, los tribunales electorales privilegiaron el derecho y la razón sobre los acuerdos políticos.”
En su participación, dirigió la mirada desde la lógica en que los derechos político electorales son intrínsecos, es por ello que uno protege a otro.
Por su parte el Juicio ciudadano para protección de derechos políticos tiene como ejemplo más importante el reparto de candidaturas por género. Mientras que los Juicios de revisión constitucional sientan precedentes para proyectar una nueva visión e interpretación de la norma. Una materia también explotada en este proceso de revisión ha sido el análisis de las causalidades de anulación de casillas.
Como conclusión propuso que en México existe un sistema sólido de protección a derechos que se ha logrado construir en poco tiempo y ha dado respuestas a las necesidades y demandas en cada proceso electoral, donde se pide la defensa de la legalidad.
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