La Secretaría de Cultura del CEN del PRI y la Fundación Miguel Alemán, rindieron un homenaje a Rosario Castellanos, con motivo del 88 aniversario del natalicio de la escritora, diplomática y promotora cultural en el que hubo testimonios, anécdotas y remembranzas alrededor de su vida, obra y legado.

En la biblioteca de la Fundación Miguel Alemán, la secretaria de Cultura del CEN del PRI, Beatriz Pagés, explicó que la conmemoración dedicada a la poeta se organizó porque “el país está hambriento de reconocer a quienes han contribuido a forjar el patrimonio cultural de México y así, fortalecer los valores y la identidad nacional”.

Entre los muros revestidos por un sinfín de ejemplares literarios, la narradora y ensayista Dolores Castro Varela rememoró las caminatas de ambas a la orilla del Río Grijalva cuando la escritora de Ciudad Real, adoptó, sentimentalmente, a Chiapas como “su patria chica”, y en donde concibió varias de las atmósferas de sus cuentos y poemas.

La también catedrática en Literatura de la Universidad Nacional Autónoma de México y quien formó parte del llamado grupo de los ´Ocho Poetas Mexicanos´, abundó en que las conversaciones, viajes y lecturas al lado de Rosario Castellanos sirvieron para alimentar la riqueza cultural de una época donde las mujeres empezaban a ocupar espacios en los ámbitos educativos y laborales.

Ante el ex director de la fundación, Fernando Castro y Castro, y el presidente de la Fundación UNAM, Rafael Moreno Valle Suárez, Beatriz Pagés mencionó que “todos y cada uno de los convidados a esta biblioteca, tuvieron una relación de vida o con la obra de Rosario Castellanos, hablaron, vivieron y estuvieron cerca de sus sueños e ideas, de sus convicciones, de sus pasiones y, sin duda, de su legado”.

La actual embajadora de Israel en México, Rodica Radian Gordon, relató la capacidad que tuvo la mexicana para poder hermanar la relación –no sólo diplomática sino cultural– de dos naciones tan distintas a través de su sensibilidad literaria, en el tiempo que fungió como embajadora en aquel país del Oriente Próximo.

Pedro González Rubio, amigo y colaborador de Rosario Castellanos, durante su misión como representante diplomática en el país israelita, evocó la figura de la novelista como mujer leal que sostenía un buen trato con las personas.

Agregó que gracias a la comunicación abierta, el universo puede aprender y deleitarse leyendo, no sólo la obra poética y literaria de la autora de Mujer que sabe latín, sino la serie de artículos que publicó en diversos medios periodísticos entre 1947 y 1974 en México y, en particular, sobre sus observaciones en Israel, de 1971 a 1974.

El encuentro donde estuvieron el director y la secretaria ejecutiva de la Fundación Miguel Alemán, Alejandro Carrillo Castro y Luz Elena Cabrera Cuarón, respectivamente, fue propicio para leer parte de la obra de “una escritora universal y defensora de los derechos de la mujer”, como se constata en Poesía no eres tú.

La convivencia se vio enriquecida con los comentarios del Maestro Raúl Ortiz y Ortiz, traductor de la célebre novela Bajo el volcán del inglés Malcolm Lowry –ambientada en Cuernavaca y que narra un Día de Muertos mientras crece en Europa la inestabilidad que dará lugar a la Segunda Guerra Mundial– y con quien la autora de La tierra de en medio, mantuvo una sólida amistad.

En el recinto que cobijó esta convivencia y que fue la biblioteca personal del ex presidente que gobernó México de 1946 a 1952, también confluyeron los testimonios de Samuel Gordon.