Por: Miriam Serrano (Noticias)
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Lo sucedido el pasado jueves en el Poder Legislativo del Estado, donde una madre buscadora, con el dolor a flor de piel exigió justicia por el homicidio de su hijo, cimbró las fibras más hondas de miles de zacatecanos; además, esta madre desesperada se convirtió en la portavoz de lo que cientos de familias zacatecanas viven día con día ante el exponencial crecimiento de desaparecidos y encontrados sin vida que se registran todo el tiempo.
De acuerdo con la Comisión Nacional de Búsqueda, en Zacatecas se tiene el registro de 3 mil 881 personas desaparecidas y no localizadas, aunque hay otro que manejan los colectivos y que ya rebasó los 4 mil y la cifra sigue en aumento, pues si bien, el gobierno y su Mesa Estatal de Paz cada ocho días informa, con mucho entusiasmo por cierto, que los homicidios dolosos van a la baja, la desaparición de personas se ha disparado y eso no pueden ocultarlo.
No hay día en el que no se publique una ficha de búsqueda, lo peor es que también en este tipo de delitos existe una cifra negra que supera los números oficiales, y esto realmente debiera preocupar a las autoridades y atenderlo de inmediato.
Es cierto que se han realizado varios esfuerzos, pero éstos no han sido suficientes, algunas instancias trabajan incansablemente, pero pareciera que otras sólo simulan que lo hacen y entre lo que es verdad y lo que no, se pierde tiempo, esfuerzos y recursos valiosos para darle tranquilidad a todas aquellas familias que no tienen ni un segundo de paz al saber a sus seres queridos desaparecidos.
Lo ideal sería que se lograra erradicar la desaparición de personas, no sólo en Zacatecas, sino en todo el país, pero es muy difícil cuando su origen obedece a lo mismo que ha generado miles de muertos, cobros de piso, extorsión, entre otra serie de delitos que sólo han podido contener y claro que siguen sucediendo, el origen, por supuesto que es el crimen organizado.
Virginia, la madre buscadora que les gritó sus verdades a más de dos, incluyendo al gobernador del estado, tuvo la valentía de exponer que el sistema que tenemos no da resultados o los da de manera tardía, cómo puede ser posible que hasta ocho meses después y gracias a la insistencia de esta pobre madre se haya identificado el cuerpo de su hijo, ¿Cuántos más estarán en la misma situación?
Luego de la alarma encendida, el fiscal Cristian Paul Camacho Osnaya aseguró que se iniciarían dos investigaciones, una del tipo penal y otra administrativa, además removió del cargo al titular de la Dirección de Servicios Periciales, José Luis Jiménez Gómez, Ignacio Carbajal, subdirector de Servicios Periciales y Omar Saúl Escobedo Ochoa, Jefe del Departamento de Identificación Humana.
Además, hay varias cabezas de esta institución que están formadas para la guillotina, ya sea por falta de atención, desinterés o negligencia, lo realmente importante es que se haga una revisión exhaustiva en todo el sistema, no sólo en Servicios Periciales, también en Policía de Investigación, Fiscalías Auxiliares, recepción de denuncias, etcétera; es una buena coyuntura para analizar qué funciona, qué no y, por supuesto, resolverlo a la brevedad, pues los desparecidos siguen in crescendo sin que haya un mínimo indicio de que este delito se contenga.
¿Cuántos desaparecidos más tendrán que registrarse para que por fin se enfoquen todos los esfuerzos a enfrentarlo?, no basta con “festejar” que los homicidios dolosos van disminuyendo, hay muchos flagelos que deben atenderse YA… AL TIEMPO.