Por: Ing. Salvador del Hoyo

Los notificadores del Instituto Nacional electoral (INE) se enfrentan a un fuerte rechazo de los ciudadanos insaculados, para participar como funcionarios de casilla en la próxima elección del 1 de julio.

Se dice que existe un porcentaje muy amplio de zacatecanos que no quieren participar en las actividades electorales. Las razones pueden ser variadas, desde que la política no les interesa, hasta que el domingo 1 de julio no piensan ir a votar y prefieren descansar.

Varios ciudadanos han confirmado que no les interesa recibir su notificación porque la política está muy devaluada; porque no creen en partidos políticos, mucho menos en que los candidatos, de verdad, quieran hacer algo por la sociedad, de resultar ganadores.

Este grupo de trabajadores del INE (los notificadores), a diario salen de sus oficinas, desde muy temprano para emprender esta difícil encomienda: tratar de convencer a los ciudadanos de participar y capacitarse.

A muchos de ellos no les abren la puerta, o si les abren hay quienes se molestan por interrumpirlos. Otros tantos han tenido la suerte de poder dialogar con los ellos pero reciben un rotundo no. Todos ellos se enfrentan a una situación muy negativa.

La realidad de las cosas es que tanto “bombardeo” de spots oficiales ya tienen hartos a los ciudadanos. Tantos cambios de políticos de un partido a otro, también han influido para que disminuyan los deseos de participar. Tanta guerra sucia de todos contra todos, los aleja cada día más de le elección.

Existe una gran cantidad de indecisos en el espectro de las “encuestas” que, tal vez se queden en el limbo y definitivamente no participarán. Aunque la autoridad electoral hace lo imposible para convencerlos, requiere intensificar esa ardua labor, aunque parece una encomienda muy complicada porque los partidos no ayudan.

Lo que sí es cierto que es que, como ciudadanos que buscamos el cambio, es importante participar en las actividades que nos encomiendan. Tenemos que dejar a un lado la apatía y esforzarnos en ser parte de ese cambio que todos anhelamos.

Además, tenemos la obligación de ser partícipes de lo que la autoridad electoral nos mandate. Es por ley. Así como exigimos que se nos cumpla en todas nuestras necesidades, también debemos integrarnos a los esfuerzos por mejorar. Es complicado por todo lo que hemos vivido, pero debemos hacerlo.

Ya están por iniciar las campañas rumbo a la renovación de la Presidencia de la República, de la cámara de Senadores y el Congreso de la Unión; de algunas gubernaturas y de las presidencias municipales, además de los congresos locales. Hay que participar.

Las líneas…

Al final de cuentas no fue Miguel Alonso, ni Fito Bonilla, ni Pepe Aguirre. Raúl Rodríguez Márquez (hijo del gran Raúl Rodríguez Santoyo) fue quien se registró para ser candidato al Senado, en segunda fórmula, por la coalición PRI-PVEM-PANAL. Rodríguez Márquez fungía como representante del Estado en la Ciudad de México y es uno de los cercanos colaboradores de gobernador, Alejandro Tello. Además, también se registró Lyndiana Bugarín, como candidata a una diputación federal, por el Distrito II. Quedó fuera Julia Olguín.

Otras líneas…

El diputado federal, Benjamín Medrado Quezada, solicitó licencia al Congreso de la Unión, para sumarse a los equipos de trabajo del PRI y con una encomienda muy importante, la de respaldar a Pepe Haro para la reelección como presidente municipal de Fresnillo, así como llevar al triunfo en su Distrito, a Norma Castorena Berrelleza y lo que se requiera. Benjamín también está ubicado en la lista de “pluris” con el número 1, con lo que su llegada al Congreso del Estado está asegurada.

Más líneas…

Rafael Flores Mendoza se registró ante el INE como candidato del PRD al Senado de la República, lo que echa por la borda todo lo que quiere hacer el líder del partido, Arturo Ortiz Méndez y su grupo, contra el fuerte aspirante. Además se confirma que sigue firme el respaldo de sus compañeros Miguel Torres e Iván de Santiago, entre otros. Nadie lo ha dejado solo. Rafael Flores está más fuerte que nunca.