Zacatecas, Zac.- A iniciativa del Director General del Instituto Zacatecano de Cultura (IZC) “Ramón López Velarde”, Gustavo Salinas Iñiguez, y en el marco del Festival de Día de Muertos, por primera vez en la historia de Zacatecas fue desgustado un monumental pan de muertos, de aproximadamente 10 metros, que fue elaborado por alumnos de la Universidad de la Vera-Cruz.
Nunca en la historia de las tradiciones de Zacatecas se había hecho un pan de muertos monumental y éste, tal vez, sea el referente a nivel nacional, dijo Salinas Iñiguez antes de que alumnos de la escuela primaria Francisco García Salinas y la sociedad en general degustaran el pan que emuló un esqueleto humano.
Partiendo de la leyenda que pervive en documentos históricos de los siglos XVII y XVIII, de que los antiguos habitantes de Zacatecas eran gigantes, el Cronista del Estado de Zacatecas, Manuel González Ramírez, dijo que el enorme pan que hoy se comparte con los zacatecanos no fue una ocurrencia sin fundamento.
“La idea surgió de datos que nos llegan del pasado, en libros y crónicas antiguas del siglo XVII y XVIII que habla de los habitantes originales de estas tierras. Se dice que primeros pobladores de Zacatecas fueron gigantes”, sostuvo.
“Dicen que todo comenzó con la presencia de esos hombres de gran estatura y sólo ellos pudieron levantar esos edificios que hoy prevalecen, así como los antiguos vestigios arqueológicos”, apuntó González Ramírez.
Entonces, lo que se quiso hacer a partir de estas historias fue revivir un esqueleto, a esos gigantes que con el mito, la tradición y la historia, el Gobierno del Estado, a través del IZC, cristalizó en este esqueleto monumental de pan, idea del director del IZC, Gustavo Salinas, agregó González Ramírez.
Fueron los alumnos de gastronomía de la Universidad de la Vera-Cruz los encargados de la elaboración de esta pieza, bajo el diseño y la coordinación de la chef Alicia Roldán, quien mostró su beneplácito por haber participado, por primera vez, en un evento de tal magnitud.
Éste –dijo- fue un proceso largo, de bastante trabajo, pero que contó con la ayuda de los alumnos, utilizando la receta tradicional del pan de día de muertos, simulado un esqueleto humano, que llevó entre sus tradicionales ingredientes el té de azar.
Finalmente, niños y adultos degustaron de este tradicional pan y hubo quien obtuvo una recompensa al encontrar en el interior de éste un pequeño “huesito” de dulce de melcocha, y quien así lo hizo obtuvo el libro “La Muerte Florida” de Martín Letechipía, recién editado y presentado por el IZC.