EMBALSAMADORES DEL NUEVO SIGLO…
Descendencias familiares que aglutinan desde mujeres y hombres, los que alguna vez retozaron cerca del lugar donde se preparaban a los difuntos para que después sus seres queridos los pudiesen observar por última vez tal y como se vieron en vida, o tal vez aun mejor.
Algunos de los difuntos en su vida nunca usaron corbata, mucho menos llegaron a usar un traje, en ese último adiós los embalsamadores del nuevo siglo, los dejan presentables, bañados y cambiados de ropas que tal vez nunca usaron en vida.
Algunos de los ataúdes son verdaderamente modestos, esos cuestan alrededor de los 1,300 pesos, hay otros de cantidades fuera del alcance de cualquier simple mortal.
Los embalsamadores tienen tarifas para todos los alcances económicos, incluso varias ocasiones los conceden a quien verdaderamente los requieran de forma gratuita.
La técnica de embalsamar alcanzó en Egipto las más altas cotas de perfección, totalmente comparables a las realizadas en nuestra Medicina, con toda su parafernalia técnica y científica. La gran diferencia estriba en el carácter ritual, sagrado y mágico que motivaba al pueblo egipcio y más concretamente a la alta casta sacerdotal, a llevar a cabo tan sofisticado método.
En la actualidad es un requerimiento para bien morir, las formas sanitarias así lo dictan cuando el fallecido es requerido por sus familiares más que todos sus conocidos y no tan conocidos le velen por algunas horas.
La vida de los modernos embalsamadores ha transcurrido de manera completamente normal a él lado de los cuerpos que se tienen que preparar, pasando incluso una etapa de la niñez jugando muy cerca de los laboratorios, situación que permite ver tal trabajo como algo normal, lo que en realidad así es.
Para los antiguos egipcios el embalsamamiento de los cuerpos representaba preservar la integridad del cuerpo para alcanzar la vida eterna que es el fundamento de la momificación práctica para preparar el difunto en un depósito preparado para recibir nuevamente el alma.
Por el momento no hay alguna clase de rictus, o ceremonia, es por ahora un solo trabajo.
Son los embalsamadores del nuevo siglo…
Fotos: Ricardo REYES. www.zacatecaswennews.com