Por: Miguel Ángel Reyes

El termómetro político y social de los últimos días en Zacatecas, en torno a la preferencia electoral, nos da la pauta para establecer que la cargada política está y estará de un solo lado, mientras la gente visualiza un triunfo inobjetable y en cascada desde la presidencia de la república (con AMLO) hasta las presidencias municipales del Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).

Causa regocijo entre la militancia y simpatizantes de Morena del estado, el hecho de que los candidatos opositores reconozcan abiertamente que se encuentran muy por debajo de los candidatos de Morena, tanto al Senado (con José Narro Céspedes Candidato), como en las diputaciones federales, locales y presidencias municipales; ya no son los escenarios de manipulación política que en un tiempo les favoreció, aunque esa práctica la sigan utilizando desde el interior de sus propios institutos políticos e incluso, eligiendo candidatos a “sillazos” y mentadas de madre.

Los grandes bastiones que en el pasado con el control de la dádiva y el chantaje, suponían la garantía de triunfos para ciertos personajes y partidos, en este 2018 ya no tendrán la posibilidad de reivindicarse, pues se ha gestado un gran movimiento de organización territorial en todo el estado  para defender el voto y evitar el robo alevoso de la elección.

Aquellos, que aún desde la oposición vienen históricamente trabajando políticamente en favor del partido en el gobierno, se han convertido en los más sectarios y falsos profetas, que con la mentira usurpada en una designación democrática, han utilizado a esos institutos en herramienta de sumisión hacia un candidato a la república que los ha manipulado como objetos y poniendo a la venta las candidaturas al mejor postor, y en Zacatecas, no fue la excepción…

Es el caso de Ricardo Anaya, quien permitió el método faccioso de elección de candidatos para al menos imaginar que fortalecería su candidatura y a quien le hicieron creer la descabellada idea que estaba en un empate técnico con Andrés Manuel López Obrador.

Al mismo tiempo, dejó a la mayoría de los panistas en la orfandad; éstos se sienten maltratados por su candidato y por su partido, gracias al afán protagónico de un incipiente candidato hitleriano de “Por México al Frente” que sigue soñando en algún día llegar y superar a la cifra de aceptación que hoy tiene AMLO en todo el país, y en Zacatecas, Guadalupe, Fresnillo, Calera, Jerez y en prácticamente todo el estado.

En el estado de Zacatecas hay políticos reales y protagonistas democráticos, incluso en el Partido Revolucionario Institucional (PRI) a quienes, al igual que a los panistas honestos y voluntariosos y de otras expresiones políticas en donde sólo han sido utilizados, se les ha convocado para unificarse en esta lucha que ya no se va convirtiendo en una de dos, sino en el seguro triunfo de toda una maquinaria bien organizada sistemáticamente a lo largo y ancho del país, a lo largo y ancho del estado.

Y es que en realidad, en el caso de los priistas, ya poco tienen que hacer en un partido que sólo ostenta el 20 por ciento del voto duro; ya no hay para más. Su desmoronamiento es evidente y su desesperación es tal cuando saben que el método ‘despensero’ de hacer campaña ya no les es funcional.

De “Por México al Frente” su escenario en Zacatecas es catastrófico; sus propios correligionarios se encargaron de hundirlo. Divididos y más metidos en lo individual en una lucha miserable de protagonismos y ambición, van dejando poco a poco solos a sus candidatos… la aversión social se la ganaron a pulso por considerar a muchos de sus candidatos y militantes como unas auténticas pandillas de traidores.

Así que ¡Serenos Morenos, la Victoria es Nuestra!