SIEMPRE SERÁ RECORDADO MANUELITO
Zacatecas, Zac.- Manuelito recién había de cumplido 67 años de edad y no recordaba una etapa de su vida en la que haya estado sin trabajar. La necesidad y el hambre lo obligaron a “buscar la vida” a muy temprana edad.
Después de años de andar “aquí y allá”, Manuelito llegó a la Secretaría de Educación de Zacatecas, donde estaba por cumplir 30 años ininterrumpidos de brindar su servicio en el área de intendencia, sin duda, un aporte importante en el Sistema Educativo.
Este hombre que tiene cuatro hijos, 11 nietos y un bisnieto, falleció este jueves 14 de julio, luego de complicaciones en su salud. Sirva este trabajo periodístico para reconocer a quien se ganó el corazón de una comunidad de trabajadores, en el terreno de la educación.
Hombre trabajador y leal
Corría el mes de noviembre de 1992, cuando Manuelito recibió la oportunidad de tener un trabajo fijo, que, además de “darle de comer” como él lo decía, le regaló un sinnúmero de amigos quienes hoy son parte de su familia.
Sus compañeros lo describen como un hombre leal, trabajador, servicial, buen amigo, amable, puntual y sociable, características que le han abierto las puertas a lo largo de su vida.
Una infancia difícil
Manuel Bueno Bañuelos “Manuelito” era originario de San Felipe, Guanajuato, un pueblito ubicado en la sierra, a 90 kilómetros de la ciudad de León, y en colindancia con Ojuelos, Jalisco.
Siendo apenas un niño, su padre murió y fue entonces que la vida se complicó tanto para su madre, como para él y sus ocho hermanos.
“A veces no teníamos ni para comer, una canelita caliente y avena sin leche, era lo que nos daba mi madre y a dormir, y nos íbamos a la escuela sin comer”.
Las circunstancias no permitieron que Manuelito terminara de estudiar la primaria, llegó hasta tercer grado, pero la concluyó siendo ya un adulto. En su haber fue zapatero y panadero.
Una vida de trabajo
Al cumplir 20 años, ingresó a las filas del Ejército Mexicano, donde brindó sus servicios durante 15 años en el área de intendencia. Ahí aprendió a cocinar y a hacer tortillas, y se encargaba, junto con su hermano, de la panadería.
Manuelito decía que su carácter disciplinado se debía a la formación que tuvo en el Ejército y a las enseñanzas de su madre. “Todo lo que soy es herencia de mi madre, yo le agradezco todo”.
Del Ejército, se fue al Ayuntamiento de Zacatecas y, gracias a su dedicación en la limpieza, fue invitado a trabajar en las oficinas del Gobernador.
Pasaría poco tiempo para que uno de sus jefes lo invitara a trabajar en la Secretaría de Educación, donde ingresó de inmediato y se ganó el cariño, no sólo de sus patrones, sino de todo el personal.
En 30 años de trabajo, “siempre me ha gustado llegar a las 5 de la mañana, me gusta empezar a trabajar muy temprano, así lo aprendí”. En este tiempo se ha encargado de la limpieza de escritorios, baños, etcétera.
“En la Secretaría he pasado experiencias muy bonitas, estoy muy agradecido por este trabajo, por haberme dado la oportunidad y por haber hecho muchas amistades, que a donde voy me gritan: Manuelito, Manuelito”.
“Mi trabajo ha sido una bendición porque de eso vivo, la suerte no es de todos, hay que tener fe en Dios”, resaltaba.
En los últimos días, su salud se vio afectada, pero tomó fuerzas al saber que todos sus compañeros, jefes y exjefes, preguntaban constantemente por él.
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