Zacatecas, Zac.- Cuarta corrida de feria, la que ha sido hasta hoy la mejor entrada a la monumental de Zacatecas. Vimos toros con mucho trapío, grandes en caja, bien puestos de pitones, pero que dejaron mucho que desear en las embestidas de la ganadería de Pozo Hondo.

Sentido homenaje al diestro colombiano César Rincón, tan así, que los toros que se lidiaron, llevaban nombres muy colombianos.

La presentación del español Pepe Moral, el mismo que cayó de pie ante el respetable, torero con personalidad, originario de Sevilla, vestido de verde y oro, con su primer enemigo de nombre “Berraco”, 565 kilo, mucho trapío, soberbios derechazos del sevillano, muchas ganas de agradar ante un morlaco malito en las embestidas. Dos pinchazos, al tercero, un espadazo contrario tendido el mismo que fue suficiente para terminar con “Berraco”.

Con su segundo de nombre “seis Puertas”, 484 kilos. Hermosos lances a la Verónica, ovacionados por el público, ya con la muleta, contamos hasta cuatro cambiados por la espalda en el centro del ruedo que se antojaron a péndulos, los mismos, arrancaron ¡Oles! En los tendidos, los mismos que hicieron vibrar la Monumental de Zacatecas. Interpretando el a, b, c del toreo… Y otra vez… soberbios naturales, metiéndose a los terrenos del toro, pues solo así se podía torear. Al final, le metió la espada a “Seis Puertas”. Lo que le valió una oreja. Cayó de pie ante la afición zacatecana.

Arturo Saldívar. Vestido en verde bandera y oro, con su primero de la tarde de nombre “Bogotano”, 530 kilos. Las embestidas muy similares a las de su hermano que le antecedió, había que meterse dentro de los terrenos del burel para incitar la embestida. Un toro que buscaba los muslos del hidrocálido, al mismo que había que dejarle la muleta en la cara para que las embestidas continuaran. Ya con la espada Saldívar su puso algo pesado y tuvo que recurrir al descabello.

En el segundo de la tarde de nombre “Guajiro”, que brinco al callejón, provocando sustos a todos lo que no tienen nada que estar haciendo ahí y que por fortuna, no hirió a nadie. Un toro con embestidas demasiado raras, al de varas, se le arranco pero le saco, para después acometer en contra del mismo. Saldívar comenzó su faena por abajo. No había de otra, había que abreviar la faena. Horrible espadazo, pero de efectos fulminantes. El hidrocálido, solicita a la autoridad regalar un toro.

… Y fue amigo de la ganadería de San Isidro de nombre “amigo”, un morlaco con 467 kilos, nada parecido a los toros de Pozo Hondo, incluso, sin ese trapío, pero con mucha bravura a la hora de meter la cabeza y Saldívar lo entendió muy bien, tan bien que si no falla a la hora de meter la espada, se lleva las dos orejas.

Diego Silveti. “Sancocho”, 507 kilos. Embestidas descompuestas del bicho, presencia y trapío. Pena. Un toro de plano rajado. Silveti Tenía que abreviar ante las embestidas violentas y descompuestas, y así sucedió: el burel, se le volvió de hueso, un aviso, pitidos del respetable.

“Macondo”, 481 kilos, segundo del lote de Silveti. Iniciando la faena como lo hacían los toreros de antaño, a pie juntos, variedad en su toreo, naturales y derechazos, en plan grande el de la dinastía Silveti, quite por manoletinas, jaleadas por el público, otra vez fallo con el acero.   

Sin duda, la corrida con más emociones y pasión hasta el momento.