
Corrida del Escapulario
Zacatecas, Zac.- Honor a quien honor merece. La empresa Tierra de toros, rindió un merecido reconocimiento al ganadero José Julián Llaguno de la ganadería de Torrecilla. Celoso gardian de los toros de bravura con cerca de 100 años o tal vez más de criar ganado bravo. Enhorabuena al ganadero.
Se llevó con éxito la primera corrida del serial taurino Fenaza 2015 donde actuaron seis espadas a pie, más el rejoneador Jorge Hernández Garate, con seis toros bien presentados de trapío y cornamenta de la ganadería de Caparica y uno más de pilar Labastida.
El caballero en plaza Hernández Garate vestido a la usanza portuguesa, fue el encargado de abrir el serial frente a su enemigo “Sifive”, 510 kilos en lomos, un toro con mucha lámina y trapío. Hernández Garate abrió con su Caballo torero “Desdén”, una cabalgadura albina. Había que arrimarse a “Sifive” ya que por momentos parecía quedarse clavado en los medios del ruedo, Hernández Garate, recurrió a sus diez años de alternativa para poder torear al de la ganadería de Caparica. Desafortunadamente Garate entro a matar hasta tres veces.
“Chumite”, con 582 kilos de peso, un toro con mucha presencia cuajado en carnes, el mismo que le toco lidiar al capitalino nacho Garibay, vestido en azul pavo y oro, muy elegante, encarnando al torero mexicano. Tanta era la bravura como el peso de “Chumite” que derrumbo al de varas Ignacio Meléndez, sin consecuencias que lamentar. Garibay cuajo su trasteo en su elegante forma de torear, sobre todo con la de cobrar, por la izquierda el burel, no tenía mucho. Espadazo que le valió una oreja.
El segundo de la lidia ordinaria fue para el torero de la tierra Jorge Delijorge, ataviado en un vestido palo de rosa y oro, al que le toco verse la cara con “Onone”, de la misma ganadería de Caparica y 480 kilos de peso. Mucha voluntad y valor del torero zacatecano, buscando agradar al respetable; quite por chicuelinas Rematado por el Banderazo de Villalba. Iniciando de rodillas con la muleta, derechazos largos y templados, toreando a pies juntos como en antaño lo hacían los grandes. Delijorge fue a parar al hospital ya que a la hora de entrar a matar, se disloco el brazo. Tuvo que entrar al quite el matador nacho Garibay y terminar con un cachetadon, la vida de “Onone”.
Antonio Romero. Cinco años de alternativa, vestido en colores sangre de toro y oro, recién llegado de España con su único enemigo de la tarde, “Afortunado” de la ganadería de Pilar Labastida. 526 kilos en carnes. “Afortunado” tenía poca trasmisión hacia los tendidos. Como dijo el matador Jaime Solo, “un toro desabrido”, y así lo fue en toda la lidia; el zacatecano saco la experiencia adquirida en sus cinco años como matador y su estadía en España. Espadazo defectuoso, pero de efectos fulminantes. En los tendidos, opiniones divididas.
Arturo Saldívar de Aguascalientes. Vestido en azul marino y plata, le toco el peor lote de la ganadería de Caparica, aun así el hidrocálido no se amilano, todo lo contario, demostró valentía y mucha entrega, arrancándole los pocos pases que “Dongume” tenía. Espadazo demasiado “Chungo” ya que se lo pego a medio lomo del burel.
Sergio Flores, enfundado en un terno color espuma de mar y oro, con su único enemigo de la tarde, “Patrón”. Miel de toro que le permitió al espada lucir el toreo soñado, como mandan los cánones del toreo… Lidiando, templando y mandando; se dio gusto el tlaxcalteca con un toro noble y basto de bravura, con el que sueñan los toreros. Pena que el diestro pusiera en mal sitio la espada. Recurrió al descabello acertando en el primero. Dos orejas y opiniones encontradas en los tendidos.
Finalmente fue quien se llevó el escapulario de nuestra señora de los Zacatecas.
Luis Ignacio Escobedo, otro espada zacatecano, azul marino y oro, recibió a su enemigo con un farol de rodillas, mucha voluntad de agradar, un año de alternativa, pocas corridas en lo que lleva como matador, eso se vio a leguas. Muletazos con destellos de calidad ante un burel de 577 kilos de la ganadería de Caparica. Un toro por demás complicado y violento del que Escobedo salió airoso.











