
La sexta corrida del serial taurino y prácticamente la antepenúltima, hay que mencionarlo, la última de feria 2014.
Con Toros de la ganadería Zacatecana de José Julián Llaguno.
Vimos toros con presencia y trapío, de igual manera a los cuatro jóvenes toreros, voluntariosos, sobre todo el de la tierra Antonio Romero y Pedro Gutiérrez.
“El Capea”, demasiado valiente y con las zapatillas clavadas en la arena, pegando sendas Verónicas, sobre todo al su primero de la tarde, ya con su segundo, el dios Tláloc no perdono como venía haciéndolo en las pasadas corridas, en el quinto toro de la tarde se abrió el cielo dejando a los espadas, literalmente toreando en una piscina.
Vimos a un Antonio Romero recién regresado de España con más temple, se podría decir que con más madures frente a sus toros, realizando un toreo pausado, muy lento que cayó de pie ante la afición que se dio cita en la monumental de Zacatecas. Bien por el torero de la tierra.
Fabián Barba. Un torero hidrocálido con voluntad ante los bureles en suerte, echando mano de algunas habilidades con su primero, un toro con presencia al que había que entenderle.
Sergio Flores. Al tlaxcalteca le toco lo peorcito del encierro con su primero, un toro más fijado en los tendidos que en la muleta de Flores. Por agradar al respetable, no quedo.
Texto y fotos Ricardo REYES.
Foto ruedo inundado Manolo BRIONES. NTER. Cortesía







