La reforma al artículo 24 de la Constitución es ambigua y genera lagunas jurídicas, modifica sustancialmente la concepción del Estado laico en nuestro país, y las relaciones entre las iglesias, la ciudadanía y el Estado

Con 21 votos a favor, los Legisladores Zacatecanos rechazaron la reforma constitucional que fuera aprobada el pasado 28 de marzo por el Senado de la República y que pretendía modificar el párrafo primero para establecer que “Toda persona tiene derecho a la libertad de convicciones éticas, de conciencia y de religión, y a tener o adoptar, en su caso, la de su agrado…”; lo que implica introducir en el texto constitucional dos nuevos conceptos, el relativo a la libertad de convicciones éticas y la libertad de conciencia.

Los nuevo conceptos que pretenden añadirse a nuestra Carta Magna, no establece de que convicciones éticas se trata, cuáles son o de que tipo y que límites existen sobre las mismas, además de dejar a la libre interpretación del Estado que se considera ético y no ético. El Estado distinguirá entre convicciones éticas y convicciones no éticas e identificará cuales gozaran de la protección constitucional y cuales estarán al margen de tal protección, lo que significa un grave retroceso en nuestro país y convertirlo en un Estado confesional o totalitario; es decir, en un Estado que se erige en juez de las conciencias y de las convicciones de los ciudadanos. Un Estado que indaga en la conciencia de los ciudadanos para juzgar sus convicciones y decidir si son o no éticas.

Por otro lado se pretende introducir la “libertad de conciencia” intentando establecer “la objeción de conciencia”, la que busca eximir a alguna persona de cumplir las obligaciones constitucionales y legales so pretexto del cumplimiento de su conciencia y religión.

México debe pronunciarse por un Estado de Derecho, por un Estado democrático, cuya atribución por ministerio de ley debe ser determinar lo jurídico y lo antijurídico, y regular las conductas externas de los gobernados; de ninguna manera regular y sancionar la conciencia de las personas. En nuestro país debe prevalecer un Estado Laico, considerando a este como aquel que es independiente de toda influencia religiosa y en el cual se respeten plenamente las decisiones que sus gobernados tomen en ejercicio de su derecho de libertad de tener o no tener una religión, asimismo en manifestarla individual o colectivamente. La legitimidad de un Estado laico garantiza plenamente un espectro amplio para que todos los grupos religiosos puedan profesar sus cultos y difundir sus ideas en un plano de igualdad; ello indudablemente genera un régimen democrático cuyas instituciones no están subordinadas a elementos religiosos.

Con la no aprobación de la reforma al artículo 24 Constitucional Federal, Zacatecas ratifica su compromiso con el Estado Laico y con el principio histórico de separación del Estado y las Iglesias; asimismo rinde homenaje a Don Benito Juárez García y reconoce a miles de hombres y mujeres que derramaron su sangre para logar que en nuestro país cada persona fuera libre de elegir y practicar el culto religioso que quisiera y que las decisiones gubernamentales y políticas públicas contundentemente no sean influenciadas por alguna religión; con todo esto se garantiza la pluralidad de expresiones religiosas, la tolerancia y pleno ejercicio de los derechos y libertades fundamentales.